dimarts, 7 d’octubre del 2008

Hugo, el pionero



¿Quién no se acuerda de ese simpático personajillo que esquivaba trenes en la pantalla del televisor? Estoy seguro de que el cien por cien de los veinteañeros que lean esto recordarán con una sonrisa a ese pequeño monstruito. A unos, Hugo les transportará quince años hacia atrás y de golpe visualizarán en su mente ese logo que usaba Telecinco que ahora nos parece tan y tan anticuado, recordarán a Carmen Sevilla hablando de sus ovejitas en el Telecupón o, simplemente, sonreirán al pensar lo bien que se lo pasaban viendo como un tren arrollaba al pobre y, en ese momento, infeliz Hugo. Otros internautas (el 100% intuyo), verán a Hugo como el pionero en llevar a cabo una televisión interactiva en el bonito país donde vivimos.

Hugo empezó su trepidante aventura el 27 de junio de 1992, pero no la empezó solo. Los miles de espectadores que apretaban el botón número 5 del mando a distancia le daban fuerza moral. Hugo se sentía apoyado pero necesitaba algo más. Necesitaba ser guiado. Por ello pedía a los espectadores que, mediante las teclas de sus teléfonos, le ayudaran a superar todo tipo de historias, como por ejemplo la de la famosa vagoneta que va esquivando a los trenes. Como recompensa, Hugo daba premios a los telespectadores que llamaban.

É aquí los inicios de la televisión interactiva en España. Una persona desde su casa y solamente marcando las teclas de su telefono, podía dirigir a un monstruo y decidir lo que verían los millones de espectadores que en ese momento estaban delante del televisor. Hay que decir que
el formato de 'Hugo' no ha vuelto a ser adquirido por ninguna cadena española aunque su éxito continúa dejando marca allí donde se emite. De hecho, hoy día el formato se ha adaptado a las nuevas tecnologías, de tal modo que el jugador puede interactuar con el personaje de Hugo vía Internet, TV digital y teléfonos móviles.

Pero, realmente ¿quién es el padre de la televisión interactiva? La respuesta es Winky Dink and You. Este programa, que empezó a emitir en 1953 en la CBS, animaba a los niños a comprarse un kit de plásticos transparentes que se pegaban al televisor por electricidad estática y unos rotuladores para ayudar a Winky y a su perro a superar los problemas que se encontraban en sus aventuras. Por ejemplo, el niño tenía que pintar un puente si quería que Winky no se ahogara en el río y los cocodrilos se le comieran la cabeza. Después de un tiempo prudencial, Winky pasaba aliviado por el puente dibujado por el niño. Los niños se lo pasaban tan bien que solo hacían que pedir plásticos para pintar. A Santa Claus, a los Reyes, al Ratoncito Pérez... hasta a los padres. El problema venía cuando el dinero destinado a los plásticos se terminaba y el niño decidía pintar un puente en la mismísima pantalla.

Y es que, hoy en día, estamos rodeados de televisión interactiva. Todo es interactividad. Nuestra vida es interactividad. Nosotros somos interactividad. No existimos. Somos polvo. Simple polvo... todos vamos a morir.

El simple hecho de mandar un sms con el texto "Matins.si" o "Matins.no" es estar interactuando. Nosotros condicionamos el resultado de una encuesta. Pero ésta solo es una de las innumerables aplicaciones de la televisión interactiva. Ahora podemos decidir quién se va de una casa donde habitan 12 hermanos, podemos ver en la pantalla de la TV nuestra opinión sobre el noviazgo de la Duquesa de Alba, podemos controlar nuestra programación y hasta podemos compra productos.

La televisión está cambiando y parece que el sector de la publicidad se está dando cuenta.

Esto da pie a hablar de las ventajas publicitarias que tiene la TV interactiva, pero lo dejaré para otro post, que es tarde y tengo sueño.