dijous, 23 d’octubre del 2008

El Fnac se salva porque es guay

Recuerdo cuando era pequeño que me encantaba ir al Carrefour (sí, yo iba al Carrefour, en aquel entonces Continente o Pryca, y no al Fnac...) y pasarme un buen rato escuchando música de esos "cedeses" que acabában de salir del horno. Iba de torreta en torreta. Me lo pasaba en grande.

¿Recordais cuándo el regalo estrella era un CD de música? Pues yo tampoco. Empieza a hacer mucho de eso. Solo os digo que el último CD de música original que me regalaron era uno de Raphael. Se quedaron agusto mis padres.

¿Y cuándo bajábamos al videoclub para alquilar Loca Academia de Policía 19 en VHS? Después solo nos hacía gracia el negro haciendo ruidos extraños (con la boca), pero teníamos que pagar 500 pesetas y vernos toda la película...

Pues bien, Internet está cambiando el mundo. Y a los distribuidores también. Yo todavía no se como siguen subsistiendo tiendas especializadas en música.

Algunos músicos se han dado cuenta de que ya no les compra ni su madre y han intentado ser algo innovadores a la hora de vender su disco o proporcionar su producto al público para ser escuchados: codigos que sirven para entrar en un sorteo y asistir a un concierto privado; colgar el álbum en internet y subsistir con las recaudaciones de los conciertos y las chapas vendidas; o negar el autógrafo a alguien que lleve un CD Verbatin con letras escritas en rotulador permanente. Hasta donde hemos llegado, por diós.

Pero lo cierto es que ahora la gente lo tiene todo en casa, y gratis. La música te la puedes descargar antes de que salga a la venta el álbum, puedes ver películas online sin necesidad de pagar ni una mísera peseta (ni un euro tampoco), si quieres ver al negro de Loca Academía de Policia (que debe haber fallecido ya el pobre) haciendo ruidos, pues vas al Youtube y lo buscas, los juegos de la Play los pirateas... No os engañeis, ahora el Fnac solo sirve como punto de encuentro. O no os suena el "a las 22 horas en el Fnac de Plaza Catalunya y después vamos al chino, vale?

La revolución está empezando. Bueno, ya lleva unos años. Los Blockbuster de turno están cerrando, los distribuidores de música situados en sitios céntricos empiezan a plantearse la opción a vender cebollas y espinacas, que seguro que les va mejor, i el Fnac... bueno, el Fnac siempre venderá porque es superhiperchachiguay ir a comprar cualquier cosa allí.

En fin, pintan bastos para estos establecimientos.

Sed buenos.

1 comentari:

ketne ha dit...

Cierto, dudo que deje nunca de ir al Fnac... ese comercio tiene algo que te hace volver y volver y volver, que pasas por la zona donde esta dices: nah ¿y si pasamos por el fnac? xDD es inevitable